5 ene 2023

Vicky, un inesperado adiós...

 


“Así como una jornada bien empleada produce un dulce sueño,

así una vida bien usada produce una dulce muerte…”

Leonardo Da Vinci

 

Hace unas horas, unos de los mensajes menos esperados habían llegado a mis oídos: “¡Se nos fue Vicky…!


María Victoria, ciertamente, no era parte de mi familia, ni era una amiga cercana, ni acompañaba mis días en esta historia de vivir. Tampoco nos unía la ideología política, aunque a la distancia la pasión por Rosario Central acercaba un poco ese enorme puente que nos separaba.

Pero ¿por qué fue dolorosa esa noticia?

Se podría decir que toda muerte de una personita de treinta y dos años, para nuestra forma de pensar, lo consideraríamos como injusta, trágica, lamentable. Ver morir a los jóvenes da una sensación de inexpugnable inequidad.

Estamos preparados para ver morir a nuestros viejos, más no a los jóvenes.

También concordaríamos en pensar, que, si fuera un accidente mortal, dramático, insalvable, soportaríamos un poco mejor la lamentable noticia.

Pero este no es el caso.

Vicky, llegó a muchas personas, incluyéndome, como una mujer luchadora, trabajadora incansable, primero en llegar donde le tocaba desempeñarse en esos roles temporales en épocas de Elecciones, y ciertamente era de las última en retirarse.

Con el tiempo siempre reiterábamos los diálogos con conocidos, —¿cómo anda la Vicky?  Y por el otro —¿y como está el Marce? Aunque parezca mentiras, era nuestra única interrelación.

Cuando la memoria intenta recopilar su imagen, siempre le acerca una postal de su rostro con una hermosa sonrisa, alegre, motivada por la vida. A tal punto que, en estos largos años de trabajo irregular, la vimos recibirse de abogada, de emprender su propio Estudio Jurídico, de planificar una merecida vida de hogar y sobre todo de imponer una ganas enorme por la vida.

Nunca se le conoció enfermedad alguna, y los fines de semana, era común verla remar en ese impetuoso Río que cruza por las barrancas de la Ciudad que Belgrano eligiera para izar la bandera por primera vez.

Pero ¿qué paso entonces?

Una mañana, decidió no ir a trabajar y quedó dormida, y de ese sueño ya no despertó.

Mezcla rara de sentimientos de tristeza, llanto, dolor, y perdón por esta forma humana de concebir el mundo, también un sentimiento de envidia.

Si la vida un día me diera a elegir, me encantaría que una mañana de octubre, en pleno primavera, con esa leve temperatura de veinticuatro grados, llegara mi muerte enamorada y solo me susurrara al oído: —Duerme tranquilo, ¡que todo saldrá bien…!

Eso te sucedió María Victoria… una hermosa muerte, digna de las personas que han hecho bien sus cosas en este camino.

Tu voz, siempre susurrará en nuestros oídos, tu sonrisa en nuestras pupilas, y ese enorme corazón sobrevivirá en las almas que has podido tocar.

Un hasta pronto, sería impertinente de mi parte. Solo imagino un simple y merecido adiós, María Victoria Beltrán, “La Vicky…"

 

Horacio Marcelo Canteros ©

Enero 2023.



Imagen: By MelinaCanteros

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