El presente trabajo práctico se propone analizar la evolución de la industria textil, durante los subperíodos de la etapa final de la sustitución de importaciones (1958-1970), el proceso de apertura (1976-1981), la década de inestabilidad (80´s) y el periodo de convertibilidad (1991-2001). Para ello, es necesario remontarse hasta los origines de donde ha brotado la industria textil actual y así interpretar en debida forma la situación presente.
El propósito fundamental, es llevar a la práctica los conocimientos adquiridos hasta el momento y tener la oportunidad para ampliar el tratamiento de ciertas facetas que marcaron el comportamiento de la industria textil, como lo son:
- Políticas y variables macroeconómicas que afectaron el desempeño de la industria textil en los subperíodos antes mencionados.
- Impacto de la industria textil (oportunidades y amenazas derivadas de las las políticas y variables macroeconómicas).
- Reacción de la industria textil (descripción de las estrategias - ofensivas y/o defensivas implementadas por las firmas de sector).
- Evolución de la industria textil (evaluación cuantitativa y cualitativamente del desempeño del sector, haciendo hincapié en variables como: inversión, exportaciones e importaciones, empleo, producción, desarrollo tecnológico etc.).
- Para finalmente, cerrar la investigación con conclusiones donde se puedan vislumbrar las perspectivas de la industria textil ante el nuevo entorno macroeconómico.
2. ORIGINES DE LA INDUSTRIA TEXTILLa producción textil en el país, reconoce raíces indígenas, pero sólo logra entrar en los círculos comerciales durante el período hispánico. Dos hechos signan el estancamiento sufridos por la industria textil en los siglos XVIII, XIX y las dos décadas del siglo XX; el primero, “la decadencia de los yacimientos potosinos”, teniendo un efecto sobre la economía regional y sus incipientes industrias las cuales ven desfallecer el comercio que había florecido transformándose en economías de autoabastecimiento; el segundo hecho, fue la “política librecambista aplicada por los Borbones en América” que afectaba particularmente la industria textil, por la introducción masiva de textiles de origen inglés, de bajos costos, por su producción en serie de excelente calidad y menor precio que los nacionales.
La incorporación de la argentina al esquema mundial de la división internacional del trabajo, limitó una vez más el desarrollo de las actividades textiles, las que se ajustaban por entonces a un mercado propicio en Buenos Aires, por la alta concentración de población sumado a la gran cantidad de inmigrantes europeos, portadores de nuevas inquietudes y conocimientos técnicos. Esta industria textil se caracterizaba principalmente por la confección de tejidos con hilados importados destinados a las clases de menores recursos ya que los de alto recursos consumían productos extranjeros.
En 1872, comienza la “Primera fábrica Argentina de Paños”, dedicada al lavado, cardado, hilado y tejido de lana, de materia prima del área Pampeana, siete años más tarde, nuevas fábricas de paños, sombreros, camisas y tejidos se localizan en Buenos Aires.
En 1903, animada por la Ley 4268 que favorecía la instalación de hilanderías, liberando de derechos aduaneros a maquinarias y otros implementos, la industria textil aumenta su capacidad a medio centenar de establecimientos según el censo industrial de 1895, y llegan 86 empresas en 1908, ocupando 10.000 obreros.
En víspera de la primera guerra mundial la industria de consumo masivo (alimentación, vestuarios y afines), son las de mayor expansión, pues satisfacían las necesidades de un consumo local en continúo crecimiento.[1]
3. ETAPA DE LA ISI ( Industrialización Sustitutiva de Importaciones)
3.1. Políticas y variables macroeconómicas.
Un largo periodo caracterizado por las reacciones frente a las dos guerras y a la crisis de la economía mundial; y por las políticas internas de tipo proteccionista adoptadas por sucesivos gobiernos hacen que este periodo sea de afianzamiento de la industria nacional como resultado de la aplicación de las políticas de industrialización sustitutiva de importaciones, a través de:
Forma directa: Durante los dos conflictos y las crisis mundiales.
Forma indirecta: A través de la imposición de tarifas aduaneras sobre los productos importados.
Luego de la primera guerra mundial (1914-1918) la carencia de artículos de consumo final, favoreció el auge de la industria textil, que buscó sustituirlos mediante exportaciones con más fuerzas que en la preguerra, para recuperarse de los devastadores efectos del conflicto. Esta breve revitalización industrial llevó un carácter de improvisado, con grandes deficiencias técnicas, cuya declinación fue inevitable. Sólo un 25% de la demanda interna de productos textiles y vestimenta lo cubría la industria nacional, lo que refleja la ingerencia extranjera en el mercado Argentino, favorecida por los representantes de exportadores ingleses y por los productores agropecuarios que se oponían a la industrialización Argentina.
En 1929, una profunda crisis económica afecta el mercado internacional, como consecuencia, los países industrializados adoptan medidas para proteger sus economías que tendrán sus lógicas repercusiones en la economía Argentina:
- La disminución del valor y volumen de los productos agropecuarios importados.
- El precio sostenido de los productos manufacturados actúa como una involuntaria forma de protección industrial, que reactiva la industria textil para sustituir la escasez de productos básicos para la fabricación de bienes de consumo final.
- La falta de hilados y tejidos importados, promueve el cultivo del algodón a escala industrial.
- Un amplio mercado interno, buen consumidor proporciona también una buena cantidad de mano de obra y un mayor grado de tecnificación industrial (maquinarias usadas compradas a países industrializados).
- Ni siquiera la exportación de tejidos de algodón a precios de “dumping” por parte de Alemania, Italia y Japón entre los años 1936 y 1938, fueron obstáculos para evitar el nuevo repunte de la industria como consecuencia de la segunda guerra mundial.
Con bases más sólidas y mejor tecnología, Argentina emprende esta nueva situación coyuntural (pos segunda guerra mundial) basando la ISI, en la construcción de maquinarias y equipos que no llegaban al país por el conflicto Europeo incrementando la participación de los textiles locales (según los censos industriales de 1935-1946), se reducen los establecimientos en un 43% (2061 empresas); la ocupación aumenta a un 53% (127.161 industrias), confirmando la concentración horizontal, y un aumento acrecentado en un 127% de consumo de energía, hablando de una mayor maquinización.
De 1946 a 1952, la industria textil tuvo un gran desarrollo por la política industrial proteccionista, con subsidios y créditos, incorporando al fuerte mercado consumidor a la ahora numerosa y mejor asalariada clase obrera.
Afianzada ya la industria textil en el contexto económico argentino (hasta 1975), pues ya no sustituye importaciones, las fluctuaciones que sufren en sus volúmenes y valores de producción obedecen a las variables que operan en el mercado interno (saturación, reducción del poder adquisitivo, etc.), del cual satisfacen la demanda interna y a las posibilidades de exportar productos con el consiguiente ingreso de divisas tal como lo había logrado durante la segunda Guerra Mundial
3.2. Impacto en el sector.
3.3. Reacción el sector (Finales de la ISI).
Industrialización: Se daba generalmente vía la incorporación a través de copias de tecnologías de los países más industrializados. Eso requería poseer conocimiento y generar conocimiento adicionales para su adaptación para un modelo industrial muy distinta a las sociedades más avanzadas.
Tamaño de las plantas Industriales: Por lo general, éstas eran no mayores a un 10% del tamaño de una planta en un país desarrollado, produciendo bienes relativamente semejantes.
Los bienes de capital: Eran de segunda mano o auto fabricados.
Reducción en el volumen de ocupación: La leve caída de la producción para finales de la ISI, fue acompañada por una fuerte disminución en el volumen de la ocupación de la mano de obra (24,1%)(2), indicadora de un enérgico proceso de racionalización industrial forzado por el fenómeno de la contracción de la demanda o favorecidos por las ventajas crediticias e impositivas acordadas a la inversión privada.
Cuadro 1. Argentina. Producción y ocupación en la industria textil. 1965-1970.
Fuente: Dirección Nacional de Economía y Sociología Rural.[3]
Concentración de la producción y el empleo: La decisión de elección tecnológica más las variables antes mencionadas provocaron de manera diferencial a que los grupos de empresas menores se vieran forzadas a incrementar su productividad en mayor medida, hecho que generó la liquidación de empresas ineficientes. La contracción de la demanda y el aumento de la productividad afectó definitivamente a las empresas de menor tamaño.
3.4. Evolución del sector.
Cuadro 2. Argentina. Capacidad productiva en la industria textil 1965-1970.
Fuente: Dirección Nacional de Economía y Sociología Rural
Cuadro 3. Argentina, Composición de la producción, el empleo y niveles de productividad en la industria textil 1965–1970
Fuente: Dirección Nacional de Economía y Sociología Rural
Cuadro 4. Argentina: Cambios porcentuales en los niveles de la producción, empleo y productividad. Según tamaño entre 1965 –1970.
Fuente: Dirección Nacional de Economía y Sociología Rural
Con el aumento de la capacidad instalada, a pesar del fenómeno recesivo, la capacidad ociosa aumentó levemente de un 11.4% en 1965 a un 12.8% en 1970. Diez empresas desaparecieron y se incorporaron tres tanto las desaparecidas como las incorporadas fueron de tamaño inferior a los 20.000 husos. Esto significa la desaparición de las pequeñas empresas rumbo a la concentración de las grandes empresas (Cuadro 2).
Analizando los cuadros, descrito, surgen cuantitativamente, la paulatina desaparición de empresas chichas, concentrándose en las grandes empresas con posibilidad de adquirir tecnologías, el aumento de la producción, y la caída de la mano de obra ocupada.
3.5. Conclusiones.
En el periodo 1965-1970 fue recesivo para la industria textil. Se nota un descenso de un 15% entre 1965-1967, para recuperarse lentamente luego, alcanzando en 1970 en un 95% del volumen inicial. En cuanto a la ocupación, bajo un 37%, un descenso continuo sin recuperación en los últimos años del periodo, con un importante incremento de la productividad de la mano de obra y un mejor uso de los recursos industriales.
La recesión no afectó igualmente a todas las empresas, se puede vislumbrar que la caída de la producción se acentúo hacia las empresas de menor tamaño, verificándose esta misma tendencia en la mano de obra ocupada. Como resultado, la industria textil estaba más concentrada (empresas de mayor tamaño tanto en producción como en empleo en 1970 que en 1965). Este hecho fue por el incremento de la productividad como consecuencia de prácticas más eficientes y de la adopción de nuevas tecnologías. Este proceso, tuvo como resultado la liquidación de empresas menos eficientes.
4. PROCESO DE APERTURA (1976-1981).
4.1. Políticas y variables macroeconómicas.
La política económica instaurada, desalentó con medidas financieras la producción industrial. Mientras el gobierno militar auspicia una economía de tipo abierta, los países industrializados adoptan políticas proteccionistas. Así el mercado textil argentino es invadido por productos sintéticos de los Estados Unidos, hilados de algodón del Perú, tejidos de lana del Uruguay e indumentaria de países del lejano oriente.
Altas tasas de interés menores que la tasa de inflación, atrajeron la inversión de capitales en el mercado financiero, que en vez de constituir una forma de ahorro y canalizarse hacia las actividades productivas se depositaba a corto y mediano plazo para lograr mayores beneficios con el menor riesgo.
Por otro lado, un dólar subvaluado, una rebaja arancelaria generalizada, que promovió la invasión de productos importados, (con la intención de mejorar la calidad de los productos nacionales mediante la competencia extranjera), y un mercado interno deprimido por el deterioro del poder adquisitivo del salario real, provocó una caída del 63% del producto bruto industrial de la industria textil, vestido y cuero, según datos proporcionados por la Federación de Industrias Textiles Argentinas (FITA), viéndose la pequeña y mediana empresa seriamente afectada y una caída de la mano de obra ocupada del sector en un 58%.
La normalización del sistema financiero, el aumento del nivel de ingresos de la población y el crecimiento demográfico, contribuirán a reactivar un mercado interno deprimido para finales del año 1982, principios de 1983, según estimaciones de FITA, en un 30%.
En resumen, se puede coincidir en:
q Se produce una caída de la participación de los asalariados en el producto luego del golpe militar como consecuencia de la desindexación salarial en abril de 1976.
q Se incrementa el grado de apertura económica y se reduce el margen de protección industrial.[7], por la disminución de aranceles y el resultado de la política monetaria de la balanzas de pagos, aplicada durante 1979 y 1980[8].
q Cambio las condiciones de financiamiento de las firmas textiles a partir de la reforma financiera de 1977.
q Restricciones adicionales al sector textil como consecuencia de la deuda externa generada entre 1976 y 1981 e incrementada posteriormente por la refinanciación de los intereses no pagados.
q A partir de 1981 el sector textil es afectado en forma negativa por las políticas de estabilización como consecuencia de la crisis emergente de la periodo anterior.
4.2. Impacto en el sector
4.3. Reacción del sector.
Como consecuencia de las amenazas descritas anteriormente, las empresas industriales del rubro textil reaccionaron en forma defensiva, a través de la concentración de sus plantas en las grandes ciudades. Del Censo Nacional Económico de 1974 se demuestra que el mapa de localización de la industria textil contaba con un 28% en Capital Federal (1721 empresas), el 58% en la provincia de Buenos Aires, principalmente en partidos del Gran Buenos Aires (3554 empresas). En tanto, que el 13% restante se encontraba disperso en el resto del país. Una de ellas estaba en la provincia de Santa Fe en los Departamento de Rosario, Constitución y General López. Algunas de estas industrias perduran desde el año de 1956 como consecuencia de una promoción industrial que eximia del pago de derechos aduaneros a materias primas importadas que se elaborasen al sur del paralelo 42º S.
La incorporación de tecnología sumado a la eficientización de los procesos de producción, requería una mano de obra calificada, y por lo tanto, una reducción paulatina del total de mano de obra ocupada.
Muchas empresas, fueron ayudadas por los distintos regímenes de promoción industrial, que alentaban así la descentralización de la actividad manufacturara textil (Provincia de Tucumán y Chubut, entre otras, según el Registro Industrial de la Nación, 1982).
3.4. Evolución del sector.
Cuadro 5. PBI – Fabricación de textiles. 1970-1982. A precios del mercado año 1970.
Estimación del primer trimestre. Fuente Banco Central de la República Argentina, 1984
Cuadro 6. Exportaciones de textiles.
Fuente: Diario El Cronista Comercial, 13/11/1986, en base al INDEC, elaboración de la FITA
Cuadro 7. Importaciones de textiles.
Fuente: Diario El Cronista Comercial, 13/11/1986, en base al INDEC, elaboración de la FITA
La industria textil y de confecciones continúa evidenciando un proceso recesivo. La caída en los niveles de actividad se observa en todos los rubros de la industria textil, siendo los más pronunciados en las actividades ligadas a la elaboración de cueros antes las dificultades habidas para exportar.
Se puede vislumbrar una marcada caída en la mano de obra del sector, así como también la disminución del consumo de los bienes textiles.
4.5. Conclusiones.El incremento de la apertura económica y la drástica reducción de protección industrial por la disminución de aranceles aduaneros y el resultado de la política monetaria de la balanzas de pagos (1979-1980), sumado a la caída de la participación de los asalariados como consecuencia de la desindexación salarial de 1976 y el incremento de la deuda externa generada entre 1976 – 1981 configuran un escenario industrial hostil para el sector industrial general y muy en particular el sector textil. Este sector que como productora de bienes de consumo final, se estuvo abrumada por la invasión de productos sintéticos, hilados de algodón, tejidos de lana e indumentarias a precios subvaluados.
Como contrapartida se notó una alta concentración de las plantas fabriles en las grandes ciudades tratando de evitar altos costos por fletes y asegurando la venta de la producción a costos razonables, provocando con ello un desequilibrio regional de la industria textil, con la caída de la mano de obra ocupada, un aumento de las importaciones del sector, y un leve descenso de las exportaciones de la manufactura textil.
5. DECADA DE LA INESTABILIDAD (80`S).
5.1. Políticas y variables macroeconómicas.Esta década, como su nombre lo indica, fue acrecentando la tendencia desfavorable para el sector textil con un panorama marcadamente insatisfactorio, con altos índices de retracción de la demanda y con fuertes incidencias de factores económicos, como la política de congelamiento de precios, el alto nivel de las tasas de interés que afectaron negativamente la rentabilidad empresaria y un mercado externo cada vez más inaccesible, como consecuencia de este circulo vicioso.
El alto nivel de la deuda externa, que implicaba una balanza de pago deficitaria constituyeron un desequilibrio estructural, por los pagos de la deuda y sus intereses, que obligaron al gobierno a instrumentar políticas económicas, con ajuste fiscal y monetario altamente recesivo, provocando pérdida de confianza de los agentes económicos e inversores reflejado en corridas cambiarias, bancarias y fugas de capitales.
5.2. Impacto en el sector.
5.3. Reacción del sector.Ante el escenario de incertidumbre, y totalmente nocivos para el sector, las industrias textiles reaccionaron en forma defensiva, intentando por un lado minimizar los impactos de las políticas económicas, y por el otro tratando de sobrevivir productivamente ante esta inestabilidad del sector.
Muchas empresas, optaron por trasladarse a zonas beneficiadas por la ley de promoción industrial (San Luis); otras se reunieron en Cámaras y formaron Cooperativas, uniéndose para abaratar costos y poder ser competitivas.[11]
5.4. Evolución del sector.
Cuadro 8. Exportaciones Textiles. Fuente: Diario El Cronista Comercial, 13/11/1986, en base al INDEC, elaboración de la FITA
Cuadro 9. Importaciones Textiles
Fuente: Diario El Cronista Comercial, 13/11/1986, en base al INDEC, elaboración de la FITA
5.5. Conclusiones
Salvo los últimos años de la década de los 80´s, el sector textil estuvo inmerso en un escenario de incertidumbre que afectaron negativamente la rentabilidad empresaria, las inversiones en tecnología y bienes de capital. La retracción de la demanda, la política de congelamiento de precios, las altas tasas de interés, las políticas económicas con ajustes fiscales y monetarios recesivas, sumado a un contexto externo plagados de barreras arancelarias y proteccionistas, evidenciaron la caída la producción, retroceso de exportaciones (cuadros 10, 11 y 12) y una desinversión creciente que llevó al sector a un grado de ineficiencia y falta de competitividad. El cierre de empresas, despidos de personal, corridas cambiarias, y una aglutinación de productos importados marcaron significativamente esta década de inestabilidad.
6. PERIODO DE LA CONVETIBILIDAD (1991-2001)
6.1. Políticas y variables macroeconómicas.
Tras 15 años de hiperinflación, el Gobierno a fines de 1991, sanciona la Ley de Convertibilidad (23.992), por el cual se avanzó hacia un equilibrio fiscal contable, tendiente a regular la oferta monetaria y controlar la inflación. Se estableció el peso convertible (1 peso = 1 dólar), obligándose, el Estado, a no emitir papel moneda sino con las debidas reservas. La reducción de la inflación produjo un rápido aumento de la producción industrial a partir del aumento de consumo. Así mismo, al tener horizonte económico posibilitó mayor inversión e incorporación de tecnología.
El déficit del sector público financiado primeramente por las ventas de activos y de empresas publicas y luego por endeudamiento continuo y progresivo a elevadas tasas de interés, provocó altos costos internos y el desfinanciamiento del sector industrial. La total apertura económica sin políticas de protección industrial, sumado al peso sobrevaluado motivó al final del periodo un estado inviable para el crecimiento del sector industrial.
5.2. Impacto en el sector. Cuadro 10.
Cuadro 11. Empresas Textiles, principales competidores tras la apertura económica irrestricta.
6.3. Redacción del sector.
La denominada reconversión forzada del sector, dio como resultado de las modificaciones de la reglas de juego y de profundos cambios en las pautas culturales del consumidor, obligaron a las empresas textiles a fusionarse, a aliarse estratégicamente, a los cambios en las tendencias de producción, readecuamiento de costos, inéditos sistemas de comercialización (Shoppings, Oulets, Venta Directa, Supermercados).
Las primeras señales las dieron dos grandes, Alpargatas y Grafa, que conformaron una alianza temporaria con fines específicos, ya que no se trató de una fusión ni una unión formal, ese acuerdo tuvo como objetivo mejorar las condiciones generales de compra y suministros de producción y comercialización. Siguieron luego, fusiones de empresas tales como Motor Oil y un grupo creativo; una productora de tejidos, Vandenfil que mandaba a estampar sus telas a una empresa brasileña, por la buena calidad y precio; el grupo Gatic (Adidas) privilegió la comercialización en forma directa; la brasileña Hering se instaló en Argentina ayudada por un grupo argentino, Redmon, que financió la estructura de comercialización; la VF Corporation tomó el control de Norte Indumentaria, es decir los dueños de Wrangler y Lee compraron UFO en la Argentina; y así siguieron otras.[17]
Otro ejemplo sustantivo fue la experiencia de la Red Brown (de la ciudad de Rosario),[18] un verdadero Shopping Industrial, en la cual convivían varias empresas que se encargaban por separado de las distintas etapas del proceso de manufactura de prendas. Lo distintivo es que todas trabajaban bajo el mismo techo físico y con una administración, gerenciamiento y comercialización coordinados, que constituyó lo que técnicamente se denomina una Red de Protección Flexible, trabajando unas 100 personas, con una facturación anual de 6 millones de pesos, y atendiendo a marcas como: Red Brown, Abrapampa, ThisWeek, Unless (Falabella), Lacoste (Grupo Exxel), Sólido, Archie & Reiton y otros.
6.4. Evolución del sector.
Cuadro 12. Evolución Comercio Exterior de Prendas Textiles.
Fuente: INDEC, Cámara Industrial Argentina de la Indumentaria.
6.5. Conclusiones.
Las bondades de la convertibilidad se vio reflejado en el sector industrial textil en un principio, por mantener un equilibrio fiscal, por frenar la hiperinflación y por brindar a los actores industriales un horizonte económico para la toma de decisiones. La apertura de la economía irrestricta, el endeudamiento del Estado financiado en principio por las ventas de activos y empresas públicas y luego por los bonos a altas tasas de interés, provocó al sector un desequilibrio estructural y la consiguiente falta de competitividad frente al mercado externo. Si bien, los industriales textiles reaccionaron en forma defensiva tendiente a mantener su posición a través de fusiones, alianzas estratégicas, cambios en la producción y comercialización, no fue suficiente para que a finales de los años noventa se viera una abrupta caída de las exportaciones en un -42,28% y un aumento de las importaciones del sector textil en un 5.010% (ver cuadro 14).
Si le sumamos las distorsiones y asimetrías dentro del MERCOSUR, las exportaciones a precios de dumping, la competencia desleal interna por informalidad impositiva previsional y métodos ilegales de contratación; productos obsoletos por la estacionalidad, la profusión de productos falsificados y la moda, más las dificultades del acceso al crédito[21], llevaron a una retracción del sector textil vislumbrado por una ola de concursos preventivos, quiebras y despidos masivos.
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[1] Dorfman A., Cincuenta años de Industrialización en Argentina.
[2]. Canitrot, A. “El Empleo de la Industria Textil en Argentina”. www.educ.ar.
[3] . Canitrot, A. “El Empleo de la Industria Textil en Argentina”. www.educ.ar.
[4] Canitrot, A. “El Empleo de la Industria Textil en Argentina”. www.educ.ar
[5] Canitrot, A. “El Empleo de la Industria Textil en Argentina”. www.educ.ar
[6] Canitrot, A. “El Empleo de la Industria Textil en Argentina”. www.educ.ar
[7] Canitrot, A. (1980): “La Disciplina como objetivo de la política económica. Un ensayo sobre el programa económico del Gobierno Argentino desde 1976”, Desarrollo Económico, vol. 19, número 76.
[8] . Berlinski, J. (1976): “ Protección Arancelaria de Actividades Seleccionadas de la Industria Manufacturera Argentina”, Ministerio de Economía, Buenos Aires.
[9] Deheza, Carlos Palacios. “El Plan Martínez de Hoz, y la Economía Argentina. Segunda Edición.1981.Ed. Corregidor.
[10] Diario el Cronista Comercial, 13 de noviembre de 1986, pág. 2-4.
[11] Diario el Cronista Comercial, 13 de noviembre de 1986, pág. 12-13. La CIAI, Cámara Industrial Argentina de la Indumentaria creó la CAIC. Cooperativa de Abastecimiento, fundada para la compra de insumos a precios más competitivos para mejorar las oportunidades de compra y venta. Isaac Hertzriken, Gerente General de la CIAI.
[12] Los datos de 1985 corresponden a los 9 primeros meses.
[13] Fuente: Diario Clarín, Suplemento Económico. Pág.13. 17 de octubre de 1993. Elaborado por EcoDinamia para Reporter, en base a datos del INDEC. Infografía /CLARÍN.
[14] Diario el Cronista. Suplemento Negocios. 29 de agosto de 2001. Pág.9.
[15] Diario Clarín. Suplemento Económico. 11 de mayo de 2003. Pág.2
[16] Diario Clarín. Suplemento Económico. 17 de octubre de 1993. Pág.12.
[17] Diario Clarín. Suplemento Económico. 17 de octubre de 1993. Pág.12
[18] Diario La Capital de Rosario. Suplemento Económico. 27 de agosto de 2000. Pág. 6.
[19] Cámara Industrial Argentina de la Indumentaria. Disponible en Internet: http://www.ciaindumentaria.com.ar/ .
[20]. Diario Clarín. Suplemento Económico. Fuente CEP en base al INDEC. 11 de mayo de 2003. Pág.3.
[21] El titular de una empresa textil Rosarina indicó al Diario La Capital de Rosario que: “Pasábamos por la puerta de un Banco y nos tiran con cualquier cosas. Nos dijeron que no les interesa ni siquiera tener una Cuenta Corriente con Empresas Textiles”. Suplemento Economía. 27 de agosto de 2000. Pág.8.
Horacio Marcelo Canteros. hcanteros@gmail.com
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