«Cuando leo el catecismo del concilio de Trento, me da la impresión de que no tengo nada en común con la religión que en él se expone. Cuando leo el Nuevo Testamento, los místicos, la liturgia, cuando veo celebrar misa, siento con alguna forma de certeza que esa fe es la mía o, más exactamente, que sería la mía sin la distancia que entre ella y yo pone mi imperfección...»
Así comienza la carta que, dirigida al dominico Jean Couturier, empezó a redactar Simone Weil en septiembre de 1942.
Todavía hoy, entrados en un nuevo siglo, esa carta sigue teniendo un valor excepcional; y no sólo como testimonio del rigor intelectual y moral de su autora, de su precisión y de su insobornable compromiso con la verdad, sino como expresión de una tensión que aún se mantiene intacta: la que enfrenta a la autenticidad de una fe vivida radicalmente con la esclerotización del dogma, con el endurecimiento yerto de la doctrina. Desde su distancia, las palabras de Weil se muestran extrañamente actuales: «Estos problemas son hoy 'de una importancia capital, urgente y práctica'.»
Siempre estamos replanteandonos el tema de la Fe, la Iglesia, y el mundo. Este libro da una visión interesante sobre el tema.
Muy Bueno.
Autor: SIMONE WEIL
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